El gran reto que enfrenta una persona trasplantada es el pago de sus medicamentos inmunosupresores.
El último esquema inmunosupresor que se compone por Micofenolato ( Cell Cept ) y tacrolimus ( Prograft ), puede costar al paciente al mes unos USD $ 700 - 800 sin incluir otros medicamentos que les acompañan como la prednisona, antihipertensivos y demás.
Es evidente que una persona que gana el salario mínimo de $ 54.80 ( pesos mexicanos ) al día, que son $ 1,644.00 ( pesos mexicanos ) al mes, igual a USD $ 125.81 al mes, no podrá pagar un esquema como éste.
OPCIONES PARA PODER OBTENER ESTOS MEDICAMENTOS EN MÉXICO.
1.- Darse de alta en el Instituto Mexicano del seguro Social ( IMSS ) o en el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado ( ISSSTE ) o acudir a algún hospital de las secretarías de salud estatales.
2.- Conseguir un empleo que le permita pagar sus medicamentos.
3.- Comprar los medicamentos inmunosupresores de fabricantes de genéricos intercambiables bioequivalentes.
4.- Cambiar de esquema de medicamentos inmunosupresores.
REFLEXIÓN.
1.- La primera opción es la que generalmente recomendamos a la gente que acude a la fundación en busca de nuestro apoyo. El paciente o algún familiar que lo inscriba como beneficiario, debe estar dado de alta en una institución de seguridad social.
2.- La segunda opción es sumamente difícil y más en un tiempo en el que aumenta el desempleo y disminuyen los salarios por la gran oferta de mano de obra que hay.
3.- La tercera opción es muy buena, nos permite tomar los medicamentos inmunosupresores pero a precios más accesibles por no ser los fabricantes los que desarrollaron las patentes originales. El precio puede disminuir a la mitad o más, pero aún así es muy caro para la gran parte de la población mexicana y de otros países en desarrollo.
4.- La cuarta opción es muy interesante y es de la que voy a escribir a continuación.
LAS TRES GENERACIONES DE ESQUEMAS DE INMUNOSUPRESIÓN.
1.- La primera generación: Desde el inicio de esta terapéutica y hasta la década de los ochentas, el esquema que se daba al paciente trasplantado era: a) Azatioprina ( nombre comercial Inmurán ) y, b) Prednisona ( nombre comercial Meticorten ).
2.- La segunda generación: En los ochenta surgió la ciclosporina que fabricada por Novartis con el nombre comercial Sandimun, causó una revolución en esta materia y era acompañada por prednisona y en ocasiones por otros medicamentos. A partir de ahí otros laboratorios fabricaron medicinas como el Rapamune del laboratorio Wyeth, todos efectivos y que podían ser sustitutos o complementos de la ciclosporina.
3.- La tercera generación: Finalmente en los noventas surgió el esquema actual de inmunosupresores que tiene como base al Micofenolato y al Tacrolimus acompañados por la prednisona. Este es el esquema básico y se complementa con medicamentos específicos para cada persona.
CAMBIO DE ESQUEMA DE INMUNOSUPRESIÓN POR UNO MÁS ECONÓMICO.
Lo que personalmente he impulsado en los últimos años es la posibilidad de que los médicos tratantes, en especial los nefrólogos, le cambien el esquema de inmunosupresión a las personas de escasos recursos económicos que no pueden pagar la última generación ( Micofenolato y Tacrolimus ).
Si el médico le cambia al paciente el esquema, o antes del trasplante piensa en darle el de la priemra generación, el ahorro será sumamente importante y por tanto el paciente tendrá más probabilidad y oportunidad de poder comprarlo si no lo recibe del estado.
El esquema de primera generación ( Azatioprina y Prednisona ) tiene actualmente un precio público aproximado de $ 700.00 ( pesos mexicanos ) al mes, unos USD $ 53.5, lo cual resulta obvio que es mucho más accesible de pagar.
JUSTIFICACIONES DE ESTA PROPUESTA.
a) En México es anticonstitucional, que va en contra de nuestra Constitución o Ley Suprema de la Nación, cualquier acción que ponga en riesgo la vida humana. Las instituciones de salud que no admiten a un paciente para su protocolo de estudios pretrasplante porque no cuentan con seguridad social del estado, están condenando a muerte a muchas personas. Y no ven que alguien trasplantado puede hacer una vida normal y por tanto trabajar en una empresa formal y legal que le brinde seguridad social por medio del IMSS.
b) Muchos pacientes hemos vivido bastantes años tomando la primera generación de inmunosupresores ( azatioprina y prednisona ). Personalmente he vivido 23 años como trasplantado gracias a los 3 trasplantes renales, de los 23, 21 los viví tomando únicamente Azatioprina y Prednisona. Hace un mes y medio conocí a una persona que lleva 22 años trasplantado y sólo toma Azatioprina y Prednisona y está en perfecto estado de salud. En México y otros países existen muchos más pacientes que viven una vida normal de trasplantados tomando la primera o la segunda generación de inmunosupresores.
c) En nuestro país ya hay doctores que empiezan a regresar a esquemas anteriores, en especial al primero, debido a que sus pacientes no pueden pagar el actual y están teniendo muy buenos resultados, al igual que los tuvieron hace 20 o 30 años.
CONCLUSIÓN.
Si el dinero es el obstáculo para poder tomar los medicamentos inmunosupresores de tercera generación: Micofenolato ( Cell Cept ) y Tacrolimus ( Prograft ), no duden en cambiar su esquema a otro anterior, ya sea ciclosporina y prednisona, o azatioprina y prednisona, junto con lo que cada uno tome por sus especiales circunstancias físicas.
Si se deciden a cambiar, siempre deberán contar con la vigilancia, autorización y control de un médico especialista en trasplantes y su seguimiento, como lo es el nefrólogo en riñón, el cardiólogo en corazón o el gastroenterólogo en hígado.
Esto les permitirá seguir con su trasplante, o ir por él y evitar seguir en diálisis o hemodiálisis, o morir.